Los frutos secos son una excelente fuente de nutrientes para los bebés, pero también pueden ser peligrosos si no se consumen de manera adecuada. Es por eso que en Smileat hemos desarrollado un producto único en España: frutos secos para bebés en polvo.
Este producto es una mezcla de avellana, anacardo, nuez y cacahuete, molidos en polvo para su fácil consumo y evitar el riesgo de atragantamiento asociado a los frutos secos y cacahuetes enteros. Al estar molidos, pueden fácilmente añadirse a comidas eliminando el riesgo.
¿Por qué en polvo? Dar al bebé frutos secos enteros o en crema conlleva un importante riesgo de atragantamiento y asfixia. En Smileat hemos ideado una manera cómoda y segura para introducir los frutos secos y el cacahuete en la dieta del bebé. Es el primer producto en España con estas características.
Antes de darle frutos secos en polvo a tu bebé, es importante asegurarte de que no tenga alergia a otros alimentos y/o dermatitis atópica, y en caso de duda, consultar con el alergólogo. También es recomendable que no tenga antecedentes familiares de alergias a los frutos secos y/o cacahuete, y que haya comenzado con la alimentación complementaria y ya haya probado una variedad de alimentos de manera frecuente, entre ellos huevos y pescado sin presentar reacciones alérgicas.
En resumen, los frutos secos son una excelente fuente de nutrientes para los bebés, pero es importante asegurarse de que se consuman de manera segura. En Smileat nos preocupamos por la salud y seguridad de tu bebé, por lo que nuestros productos son elaborados con los más altos estándares de calidad.
]]>La manzana es una excelente fuente de nutrientes esenciales para el desarrollo y crecimiento saludable de los bebés. Esta fruta contiene vitaminas A, B, C y E, así como minerales como el hierro, el calcio, el magnesio y el potasio. Además, la manzana también contiene fibra dietética, lo que ayuda a mantener un sistema digestivo saludable. La manzana también es una buena fuente de antioxidantes, que ayudan a proteger al cuerpo de los daños causados por los radicales libres.
La manzana es una fruta con muchos beneficios para la salud. Esta fruta ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer. Además, la manzana también ayuda a mejorar la salud mental y el bienestar general. La manzana también ayuda a mejorar la salud ósea y a prevenir la osteoporosis. Esta fruta también ayuda a mejorar la salud de la piel y a prevenir el envejecimiento prematuro.
A continuación se muestra una tabla con los valores nutricionales por cada 100 gramos de manzana:
Nutriente | Cantidad |
---|---|
Calorías | 52 kcal |
Grasas | 0.3 g |
Carbohidratos | 13.8 g |
Fibra | 2.4 g |
Proteínas | 0.3 g |
Vitamina C | 4.6 mg |
Potasio | 107 mg |
Magnesio | 5 mg |
Calcio | 6 mg |
Como se puede ver, la manzana es una fruta muy nutritiva para los bebés. Es una buena opción para su dieta, ya que contiene una gran cantidad de nutrientes y vitaminas esenciales para su desarrollo.
El calabacín es una verdura con muchos beneficios para los bebés. Estos incluyen:
El calabacín es un alimento muy nutritivo. A continuación se muestra una tabla con los valores nutricionales por cada 100 gramos de calabacín:
Nutriente | Cantidad |
---|---|
Calorías | 15 kcal |
Proteínas | 0.7 g |
Grasas | 0.2 g |
Carbohidratos | 3.4 g |
Fibra | 1.3 g |
Vitamina A | 180 mcg |
Vitamina C | 14 mg |
Vitamina K | 6 mcg |
Hierro | 0.3 mg |
Magnesio | 14 mg |
Potasio | 168 mg |
Es importante introducir el calabacín de forma gradual en la dieta del bebé. La mejor forma de hacerlo es comenzar con una pequeña cantidad de calabacín y aumentarla gradualmente. También es importante asegurarse de que el calabacín esté bien cocido para que sea más fácil de digerir. El calabacín puede ser servido solo o combinado con otros alimentos como frutas, carne o arroz.
El calabacín es un alimento muy nutritivo para los bebés. Está lleno de vitaminas, minerales y antioxidantes que ayudan al desarrollo saludable del bebé. Además, es un alimento suave y fácil de digerir, lo que lo hace ideal para los bebés con problemas digestivos. Por lo tanto, el calabacín es una excelente opción para los bebés.
]]>La zanahoria es una fuente de vitaminas A, C, K, B6, folato y minerales como el hierro, el calcio, el magnesio, el potasio y el fósforo. Además, contiene una gran cantidad de fibra dietética, lo que ayuda a mejorar la digestión y el tránsito intestinal. La zanahoria también contiene antioxidantes, como la luteína y la zeaxantina, que ayudan a proteger al cuerpo de los daños causados por los radicales libres.
La zanahoria es un alimento nutritivo para los bebés. Esta verdura contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales para el desarrollo y crecimiento de los bebés. La zanahoria es una fuente de vitamina A, que ayuda a mejorar la visión y el sistema inmunológico. Además, la vitamina A es esencial para el desarrollo óseo y muscular. La zanahoria también contiene vitamina C, que ayuda a mejorar la absorción de hierro y aumenta la resistencia a las infecciones. La vitamina K es importante para la coagulación de la sangre y el desarrollo de los huesos. La zanahoria también contiene folato, que es esencial para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso. Además, la zanahoria contiene minerales como el hierro, el calcio, el magnesio, el potasio y el fósforo, que son esenciales para el desarrollo y crecimiento de los bebés.
Nutriente | Cantidad por 100 g |
---|---|
Calorías | 41 kcal |
Grasas | 0,2 g |
Carbohidratos | 9,6 g |
Fibra | 2,8 g |
Proteínas | 1,2 g |
Vitamina A | 9377 UI |
Vitamina C | 5,9 mg |
Vitamina K | 16,5 mcg |
Folato | 25 mcg |
Hierro | 0,6 mg |
Calcio | 33 mg |
Magnesio | 13 mg |
Potasio | 320 mg |
Fósforo | 41 mg |
En conclusión, la zanahoria es un alimento nutritivo y saludable para los bebés. Esta verdura contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales para el desarrollo y crecimiento de los bebés. Además, la zanahoria es una fuente de fibra, vitaminas y minerales que ayudan a mantener una buena salud. Por lo tanto, se recomienda incluir la zanahoria en la dieta de los bebés para obtener los beneficios de esta verdura.
La calabaza también es una excelente fuente de otros nutrientes esenciales, como magnesio, zinc, cobre y selenio. Estos nutrientes ayudan a promover el crecimiento y el desarrollo saludables.
El cereal puede ser una cena para el bebé, ya que aporta de 250 a 300 calorías, cantidad que está dentro del consumo diario requerido, sin embargo, esto no debe convertirse en una rutina, es decir, se puede utilizar en ocasiones, pero no todos los días, ya que para un adecuado desarrollo el niño debe consumir todos los alimentos.
Hay que tener presente que los cereales son los mismos que consumen los adultos, como por ejemplo, arroz, cebada, trigo, quinoa, avena, entre otros, y que debes comenzar con pequeñas porciones.
Las etapas del bebé deben ser respetadas, teniendo en cuenta que lo ideal para comenzar a incluir nuevos alimentos -como es el caso del cereal- es que este ya cumpla con ciertos requisitos, entre ellos: sentarse solo, que no tenga reflejo de extrusión y que se sienta interesado por otras comidas aparte de la leche materna. Una vez se cumplan con estos requisitos, lo cual ocurre normalmente a partir de los 6 meses, ya se puede incluir en su alimentación otras cosas.
En este sentido, para integrar a la alimentación del bebé algo nuevo, lo más recomendable es hacerlo por la mañana o tarde, pero que no sea al final de esta, ya que así se podrá evaluar el comportamiento del mismo e identificar si existe alguna reacción, ya luego que este se sienta cómodo con los nuevos alimentos, pueden ser consumidos a cualquier hora del día.
Siempre hay que preguntar al pediatra qué es lo más recomendable para el bebé y este te indicará con qué debes comenzar; no obstante, se aconseja darle primero cereales sin gluten y una vez se evalúe el comportamiento del bebé con estos, se pueden ir agregando los cereales con gluten para que se vaya adaptando a todos los alimentos.
El cereal integral es mucho más saludable, por lo tanto, es bueno que comiences a darle este a tu bebé, ya que no ha sido refinado y los aportes nutricionales son más altos.
Sin embargo, con relación al arroz, lo mejor es que este sea blanco porque tiene un alto contenido de arsénico, así que procura hacer un lavado de este antes de prepararlo.
Esta es una de las preguntas más comunes entre los padres y a continuación te indicamos qué puede comer un bebé de unos 8 meses:
<p>Los ácidos grasos omega-3 son importantes para el desarrollo cerebral y la salud cardiovascular. Además, el pescado es una buena fuente de proteínas de alta calidad, que son esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos en los niños. La vitamina D presente en el pescado también es importante para la salud ósea y el funcionamiento del sistema inmunitario.</p>
<h2>Atún</h2>
<p>El atún es uno de los pescados más populares en la alimentación infantil. Es una buena fuente de proteínas, hierro y vitaminas B. Además, el atún enlatado es una opción conveniente y asequible. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el atún enlatado puede contener altos niveles de mercurio, por lo que se recomienda limitar su consumo en los niños.</p>
<h2>Sardina</h2>
<p>La sardina también es una buena opción en la alimentación infantil. Es una fuente rica en proteínas, hierro y omega-3. Además, es un pescado bajo en mercurio, lo que lo convierte en una opción segura para los niños. La sardina se puede consumir enlatada o fresca, y se puede preparar de muchas maneras diferentes, como en ensaladas, emparedados o pasta.</p>
<h2>Salmón</h2>
<p>El salmón también es un pescado azul muy beneficioso en la alimentación infantil. Es una buena fuente de proteínas, hierro y omega-3. Además, el salmón es rico en vitamina D, lo que lo convierte en una buena opción para fortalecer los huesos y el sistema inmunitario en los niños. El salmón se puede consumir fresco o congelado, y se puede preparar de muchas maneras diferentes, como a la parrilla, al horno o en ensaladas.</p>
<h2>Conclusión</h2>
<p>En conclusión, el pescado es un alimento muy importante en la alimentación infantil, en particular los pescados azules como el atún, la sardina y el salmón. Estos pescados son ricos en proteínas, hierro y omega-3, y son una buena fuente de vitamina D. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el atún enlatado puede contener altos niveles de mercurio, por lo que se recomienda limitar su consumo en los niños.</p>
]]>Es importante destacar que esta inclusión en la alimentación se recomienda a partir de los seis meses de edad del bebé, así que si te encuentras en este periodo y no sabes cómo hacerlo, hemos preparado unos consejos para el destete y alimentación complementaria que te serán de mucha ayuda.
Hay que tomar en cuenta que los bebés no tienen un organismo tan desarrollado como los adultos, por lo tanto, se debe tener mucho cuidado con su alimentación.
Según la tabla de introducción de alimentos bebé OMS, los niños deben consumir leche materna hasta los 6 meses y a partir de este tiempo se pueden ir incorporando diferentes alimentos para hacerles una dieta un poco más fuerte y que vaya supliendo todas sus necesidades.
Es recomendable tener presente que eso no quiere decir que se dejará de amamantar al bebé, sino todo lo contrario, acompañaremos su alimento principal con otro secundario para ir acostumbrando su estómago y que tenga un mejor desarrollo.
En este punto es oportuno recordar que la lactancia es recomendable hasta un año de edad, pero esta puede prolongarse hasta los dos años sin ningún problema.
El destete es la inclusión a la dieta del niño de otros alimentos, esto se hace porque después de los seis meses de edad del bebé la leche materna no aportará todos los nutrientes que se necesitan para su crecimiento, así que una vez se inicie el destete se irá cambiando de solo frutas y verduras a cereales, sopas y carnes; dejando en último lugar alimentos que puedan causar alergias como el huevo, enlatados o pescado.
Asimismo, siempre es importante respetar horarios y adecuar las porciones según las indicaciones de un nutricionista o del pediatra, ya que ellos saben la manera adecuada de cómo introducir alimentos al bebé.
Los padres por lo general tienden a introducir en el pequeño una cantidad exagerada de alimentos, pero esto lo puede llevar al vómito o a sufrir de sobrepeso; así que las porciones que le tienes que dar a tu bebé deben ser mínimas, teniendo presente que durante esta etapa él es capaz de regular su alimentación, por tanto, deja de pensar que necesita comer un plato repleto de arroz, ya que con una porción como del tamaño de la tapa del biberón es más que suficiente.
Con relación a la proteína, a esta hay que tenerle especial cuidado porque el exceso de la misma causaría serios problemas de sobrepeso en el niño, así que lo mejor es preguntar al médico la cantidad adecuada que se puede dar al bebé. Además, recuerda que el peque no debe consumir carne todos los días porque podría enfermar.
Hay que considerar que en el gusto de los bebés la percepción de la sal no es innata, de igual manera, no es necesaria para cumplir con una nutrición adecuada, ya que todos los alimentos por lo general contienen sodio.
Por lo tanto, no es recomendable el uso de ella durante las primeras etapas, así proteges al bebé de acostumbrarse a ingerir comidas muy saladas que lo hacen propenso a sufrir hipertensión o generar una sobrecarga en los riñones, que aún están en proceso de desarrollo.
Lo mismo pasa con el azúcar, la introducción de la misma en una edad temprana puede acarrear serios problemas, como por ejemplo, diabetes, así que evita en lo posible darle dulces y, en lugar de eso, una manzana o un plátano es suficiente.
]]>Los cereales son una buena opción para los niños porque aportan nutrientes esenciales como fibra, hierro y vitaminas del grupo B. Además, los cereales integrales son una fuente de carbohidratos complejos que proporcionan energía durante todo el día. Los cereales también pueden ser una buena opción para los niños con intolerancia al gluten, ya que hay muchos tipos de cereales que son libres de gluten.
Los cereales son una fuente rica en fibra, lo que puede ayudar a mejorar la salud digestiva de los niños. Además, algunos cereales contienen antioxidantes que pueden ayudar a proteger el cuerpo de los daños causados por los radicales libres. Los cereales también son una buena fuente de hierro. En resumen, los cereales pueden ser una excelente opción para añadir a la dieta de los niños debido a sus propiedades y beneficios para la salud.
Cuando se trata de elegir cereales para los niños, es importante considerar la calidad nutricional del producto. Busca cereales que sean ricos en nutrientes y bajos en azúcar y sodio. También es importante leer las etiquetas para asegurarse de que no contengan ingredientes artificiales o ingredientes que puedan ser potencialmente alergénicos para los niños. Los cereales integrales también son una buena opción, ya que proporcionan más nutrientes que los cereales refinados.
Si estás buscando cereales saludables para niños pequeños, aquí te presentamos algunas opciones recomendadas:
Todos estos cereales son ricos en nutrientes y bajos en azúcar, y pueden ser servidos en una variedad de formas para hacerlos más atractivos para los niños. Por ejemplo, la avena se puede servir con frutas frescas y leche de almendras, mientras que el muesli se puede mezclar con yogur y miel para crear un delicioso batido. La granola también se puede servir como topping para el yogur o el helado, mientras que el arroz integral se puede cocinar en una sopa o en una ensalada.
En conclusión, los cereales son una excelente opción para los niños debido a su alto contenido en nutrientes y bajo contenido en grasas y sodio.
]]>Sin embargo, es importante tener en cuenta que el huevo puede contener bacterias que causan salmonelosis, por lo que se recomienda seguir ciertas precauciones al manipular y cocinar huevos. Además, es importante considerar el momento adecuado para introducir el huevo en la alimentación infantil, ya que algunos niños pueden tener alergia a este alimento.
El huevo es un alimento muy nutritivo y beneficioso en la alimentación infantil. Es una buena fuente de proteínas de alta calidad, que son esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos en los niños. Además, el huevo contiene hierro, que es necesario para la formación de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno en el cuerpo. El huevo también es rico en vitaminas y minerales, como la vitamina A, que es importante para la salud ocular, y el zinc, que es necesario para el sistema inmunitario.
El huevo es un alimento bajo en grasas y calorías, lo que lo convierte en una buena opción en la alimentación infantil. Además, el huevo es un alimento muy versátil y fácil de preparar, lo que lo hace ideal para incluir en diferentes recetas y dietas infantiles. Por ejemplo, se pueden preparar tortillas, revuelto de huevo o sopas con huevo, entre otras opciones.
El momento adecuado para empezar a ofrecer huevo en la alimentación infantil puede variar según la edad y el estado de salud del niño. En general, se recomienda esperar hasta que el niño tenga al menos 6 meses de edad para introducir el huevo en su dieta. Esto es para asegurarse de que el niño haya desarrollado su sistema inmunitario y esté en condiciones de digerir y absorber adecuadamente este alimento.
Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario esperar más tiempo antes de ofrecer huevo en la alimentación infantil. Por ejemplo, si el niño tiene antecedentes de alergia alimentaria o si hay antecedentes de alergia al huevo en la familia, es importante hablar con el pediatra antes de introducir este alimento en la dieta del niño. El pediatra puede recomendar una prueba de alergia al huevo para determinar si el niño está en riesgo de desarrollar alergia a este alimento.
Si decides ofrecer huevo en la alimentación infantil, es importante seguir ciertas recomendaciones para evitar la contaminación con bacterias que causan salmonelosis. Algunas recomendaciones incluyen:
Las frutas pueden clasificarse en diferentes categorías según su consistencia, sabor y otras características. Algunos ejemplos de tipos de frutas para bebé incluyen:
A continuación se presenta un listado de frutas recomendables para introducir la fruta en la dieta del bebé:
En conclusión, la fruta es una excelente opción para los bebés debido a su alto contenido en nutrientes y bajo contenido en grasas y sodio. Al introducir la fruta en la dieta del bebé de manera gradual y variada, los padres pueden ayudar a garantizar que el bebé reciba los nutrientes que necesita para crecer y desarrollarse de manera fuerte.
]]>Esa pregunta es muy común entre los que padecen de sensibilidad alimentaria, pero hay varias cosas que hay que aclarar. Lo primero es que los productos del mar, aunque tengan la misma procedencia, no todos son de familias similares. Por ejemplo, los pescados no guardan relación con los mariscos.
Es más, dentro de los peces hay distintas ramas, por lo que se puede ser intolerante a unos y a otros no. Lo mismo pasa con los mariscos, estos se dividen en dos grupos: los crustáceos, entre los que se encuentran los camarones, las langostas, los cangrejos y las gambas. Esta clase de animales marinos no tienen vértebras, pero sí poseen patas.
El otro grupo de mariscos, son los moluscos, los cuales se caracterizan por poseer un cuerpo blando, un pie muscular y una concha que sirve de protección. Los que más se conocen son las almejas, la chirla, el bígaro, las vieras, la cañaílla, el mejillón y las ostras. Quienes tienen alergia a los moluscos no siempre tienen esa reacción a los crustáceos o al pescado. Ellos pueden consumir otros alimentos del mar sin problema.
La realidad es que este tipo de condición es más usual entre los adultos, en especial en las mujeres. No siendo el mismo asunto en los infantes, en ellos los varones son más susceptibles. Sin embargo, el mayor número de casos reportados no suelen ser en personas menores.
Eso se debe a que los más grandes del hogar son los que aprecian más el sabor de los moluscos. En cambio, la mayoría de los bebés no lo consumen con frecuencia, aunque esto no quiere decir que es una norma en todos. Siempre hay sus excepciones y más en los que viven en las zonas costeras.
Como muchas otras alergias, los científicos no conocen con precisión las razones por las que el cuerpo no tolera estas comidas. Sin embargo, lo que sí se sabe es que el sistema inmunológico choca contra una de las proteínas y la identifica con los agentes nocivos que pueden dañar al organismo.
Por eso, cada vez que se tenga contacto con ellos o se consuman alguna parte del cuerpo tendrá una reacción exagerada o desproporcionada. Estos se catalogan como síntomas y su aparición a veces es leve, aunque en poco tiempo se llegue a agravar. Las complicaciones por alergias a los moluscos es más común que con otros alimentos. Y sí sucede en la niñez, es persistente.
La reacción adversa a un molusco se puede presentar de diferentes maneras. En algunas ocasiones ataca a sistemas orgánicos distintos. Por lo general, estos aparecen a los pocos minutos del consumo, aunque existen casos donde pasa hasta una semana.
En cuanto a los signos dermatológicos, los más frecuentes son las ronchas, la picazón y la inflamación de los labios, la lengua, el rostro u otras partes. En otros casos, se presenta el dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarreas.
Lo más peligroso son los problemas en las vías respiratorias, en especial cuando no se puede inhalar o se tiene congestión nasal. Las personas con más peligro para un shock anafiláctico son los que padecen de asma. Con los bebés en esa condición se debe tener un mayor cuidado al momento de alimentarlos.
No se puede negar que los moluscos se alimentan por filtración, por lo que son más propensos a acumular toxina y gérmenes. Eso hace que muchas personas se infecten y comiencen a manifestar un cuadro clínico de diarrea, vómitos, náuseas y dolor abdominal.
Sin embargo, si esto pasa cada vez que se tiene contacto con ellos y se involucran otros sistemas del cuerpo, entonces no es una contaminación. Si aún dudas de lo que le pasa a tu bebé, lo mejor es llevarlo al médico para que le haga una prueba cutánea. En el caso de los moluscos, su exactitud es muy confiable.
La mejor manera de evitar las alergias es eliminar de la dieta a los moluscos. Eso implica leer todas las etiquetas de los productos que se compran en el hogar. Además, evitar los restaurantes que tengan esa especialidad de cocina. También es bueno cargar una tarjeta para el chef donde se especifique la condición del bebé.
Por otro lado, existen personas, incluyendo los niños, que son intolerantes a esta proteína. Sin embargo, hay quienes padecen una sensibilidad tan extrema que no es necesario consumirla. Con tan solo tocarlos con la piel o tener contacto con el vapor que se genera al cocinarlo, se produce una crisis.
En ese caso, es mejor evitar las ventas de comidas japonesa, vietnamita, mexicana, ecuatoriana (en específico de la costa). La razón es que muchos de sus platos usan ese animal. Aunque la familia no solicite esa comida, el vapor o la contaminación cruzada pueden darse sin querer.
Por eso, algunos padres han optado por preparar todos los alimentos que requiere su hijo y evitan que coman lo que otros hacen. El objetivo es asegurarse de que el bebé no corra riesgos. Además, siempre debes cargar por lo menos dos inyecciones de epinefrina por si se presenta una urgencia.
De ese modo, si la primera falla, tendrás un repuesto que pueda calmar la situación mientras llegas al hospital. No olvides que ante un shock anafiláctico, los antihistamínicos no son una opción viable. Si lo administras perderás tiempo y se puede complicar más la situación.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>Existen diferentes productos a base de frutos secos con cáscara, como las cremas que se untan en las galletas, algunos chocolates, turrones, panes de semilla, entre otros.
La gran mayoría de los productos mencionados anteriormente, si son consumidos por los bebés, pueden dar lugar a alergias a este tipo de frutos y la reacción que tiene el cuerpo es casi inmediata, aunque hay casos en los que se demora un par de horas.
Los frutos con cáscara que más alergias generan son:
Es oportuno tener en consideración que no solo basta con ingerir el alimento, sino que el mínimo contacto con este, puede ocasionar la alergia en algunos bebés.
Cuando el sistema inmunitario considera un alimento como dañino, comienza a eliminarlo y el cuerpo reacciona de diferentes maneras. En el caso de frutos con cáscaras, en los bebés la alergia se produce de la siguiente manera:
Este último es uno de los síntomas más graves, llegando a ocasionar la muerte si no es tratado de manera oportuna.
Una vez que se tenga alguna sospecha de la alergia a los frutos con cáscara en los bebés, se recomienda acudir de manera inmediata al pediatra para que este pueda hacer las pruebas recomendadas en estos casos, como exploraciones en la piel para obtener el diagnóstico, también análisis de sangre y, finalmente, se le dan a los bebés un poco de alimento para poder saber si este es el causante de las alergias. A esta práctica se le conoce como exposición oral controlada.
Una vez que las pruebas arrojan resultados positivos, el médico indicará a los padres que la única manera de evitar la alergia es que no se consuma el alimento, por lo que se modifica la dieta, suprimiendo todo alimento que contenga el que causa alergia, por ello, los padres deberán leer cuidadosamente las etiquetas de todo chocolate, crema para untar o cualquier otro producto que pueda contener el fruto con cáscara causante de la alergia.
Es importante que el niño, a medida que vaya creciendo, tenga conocimiento de que es alérgico a ciertos frutos con cáscara para que se aleje del alimento. De igual manera, se debe informar en la escuela o cualquier institución a la que asisten los niños para que tengan precaución.
¿Se puede prevenir la alergia a los frutos con cáscara?
En repetidas ocasiones vemos que los padres evitan dar de comer ciertos alimentos a los bebés, pero esto resulta ser un error porque solo se retrasa la aparición de alergias y no se sabe con exactitud a qué se enfrentarán cuando crezcan.
En este sentido, con el paso de los años se han realizado diferentes estudios donde se ha comprobado que la mejor manera de prevenir las alergias a los frutos con cáscara es con la ingesta de estos durante los primeros años de vida de los niños, para poder hacer pruebas y determinar si son o no alérgicos a dichos alimentos.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>El sulfato es una sal de ácido que tiene un poder potente de limpieza. Sus características lo hacen una sustancia ideal para la elaboración de los productos de higiene personal. Entre los más destacados se encuentran su bajo costo, por lo que es muy común en la industria alimentaria.
Otro detalle es que no tiene casi olor, por lo que puede ser perfumado con aromatizantes usuales o con los más distinguidos. Además, también actúa como un emulsionante que es compatible con la piel humana o con el esmalte dental. Sin embargo, su cualidad más preciada es su poder de quitar la grasa, limpiar la superficie y generar espuma.
Las personas acostumbran a tener hábitos de limpieza que se pasan a los hijos. El problema es que los bebés tienen una piel muy delicada y fina que absorbe cualquier sustancia. No es lo mismo en el caso de los adultos, donde su epidermis es más madura y soporta la exposición a agentes fuertes.
Por eso, cuando a un niño se le aplica algún producto con sulfato, existe la posibilidad de generar un rechazo a sus componentes. Sus síntomas serán en la piel o en el interior de la boca. En las primeras reacciones pueden ser signos leves que se van intensificando a medida que se expone al agente tóxico.
Estas dos sustancias pertenecen a la misma familia, aunque poseen dos diferencias muy grandes. La primera es que el sulfato tiene un átomo más de oxígeno, mientras que el otro no. La segunda, es que se usan en la industria comercial con objetivos diferentes. Aunque ambos pueden producir alergias, el primero es de origen alimenticio y el otro cutáneo.
El sulfito es un conservante de comidas y bebidas. Sus componentes previenen la pérdida de color y aumenta la duración de los alimentos procesados y las frutas y verduras deshidratas. En cambio, el sulfato se utiliza en el champú, la pasta dental, los jabones de manos, los geles de baños y otros artículos de limpieza.
Existe una gran variedad de productos que contienen esta sustancia. En cuanto a las bebidas, es muy común en los vinos, la cerveza y la sidra. Hay personas que comienzan a presentar ciertos malestares que se le atribuyen al licor cuando en realidad es el sulfito el que causa la reacción.
También se puede encontrar en especias y hierbas finas envasadas, salsa de tomate, pepinillos, mostaza, vinagretas o sopas. Con respecto a los dulces, se emplea en mermeladas, frutas confitadas, en conserva o secas, panes, pasteles y galletas.
Otra rama de la industria alimentaria donde se consigue el sulfito es en los jugos, en jarabes, las ensaladas, las verduras congeladas, los cereales, los pescados y crustáceos, los embutidos y las patatas en distintas presentaciones.
La razón es que es el principal causante de alergias en bebés, causando picor en el cuero cabelludo y resecando la piel. La espuma de los jabones y el champú dan una sensación de limpieza profunda, aunque también causa estragos en la epidermis de los infantes.
Esto se debe a que el mismo efecto con el que arrastra la suciedad, se lleva los aceites naturales. Esa barrera protectora se forma para cuidar a toda la membrana del cuerpo de los agentes externos. Sin ella, la irritación y otras enfermedades de la piel son muy comunes.
Eso no quiere decir que todos los bebés tendrán la misma reacción y ninguno de adulto pueda usar los productos con sulfato. Hay que recordar que cada persona es un caso particular. Así como existen niños que soportan el uso de estos cosméticos, otros con el pasar del tiempo se hacen más resistentes y se les puede aplicar con tranquilidad. También están los que nunca soportarán el sulfato.
Aunque la mayor parte de los productos de higiene personal tiene este componente; sin embargo, también existen otras alternativas viables. Una de ellas es utilizar productos que solo tengan ingredientes naturales. Estos pueden ser a base de Aloe vera, aceite de oliva o de almendras.
En las farmacias se consiguen algunas variedades que pueden funcionar. No obstante, en las tiendas especializadas en productos naturistas es una opción muy innegable. Tal vez su costo sea más elevado, pero estarás seguro de que su elaboración y componentes son menos contaminantes y procesados.
Otra cosa que se debe hacer, es borrar la idea de que la espuma es sinónimo de limpieza profunda. Los artículos de limpieza naturales cuidarán la piel y eliminarán la suciedad sin tener que producir ese efecto. Como padres hay que estar conscientes de que los bebés son más frágiles que una persona adulta, por eso requieren de un trato especial.
Hace unos años este tema produjo mucha controversia entre los científicos y la comunidad en general. Sin embargo, hasta el momento no se ha podido asegurar esa consecuencia ni tampoco negarla. Por lo cual, es más prudente esperar a tener una investigación confiable.
Hoy, hay especialistas estudiando los efectos cancerígenos del sulfato y sus resultados todavía no son concluyentes. Así que, se está a la espera que en cualquier momento se conozca la verdad sobre el asunto. Lo que sí se debe admitir es que esa sustancia tiene un efecto abrasivo, que en grandes cantidades puede ser perjudicial.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>La soja es una semilla que pertenece a la familia de las legumbres, tal como las lentejas, las alubias, guisantes, garbanzos, frijoles blancos o pintos, los ejotes y la algarroba. En la actualidad, se puede conseguir en habichuelas o procesado en muchas mercancías de consumo humano: alimentos o productos de belleza.
Cuando se tiene contacto con la proteína (IgE) que contiene la soja, los bebés pueden tener una reacción desmedida. La razón es que el sistema inmune, encargado de proteger al organismo de cualquier virus o bacteria, identifica al IgE como un agente malvado. Por eso, reúne todos los esfuerzos para combatir contra él.
De allí, que al poco tiempo de ingerir la soja, el niño comienza a presentar signos de que algo no está bien en su cuerpo. Este tipo de afecciones son más comunes en infantes que en adultos. Incluso, se estima que un 70% de los que la padecen en unos dos años (en ocasiones hasta 10) logran superar esa intolerancia.
La verdad es que sí. Aunque hay otras maneras de alimentar a tu hijo con el fin de reponer los nutrientes faltantes, el precio de la enfermedad va más allá. Los padres tienen que enfrentarse al costo financiero que la nueva dieta requiere y la manera cómo afecta al presupuesto familiar.
Además, el impacto emocional también es grande, porque se requiere de mucho tiempo y creatividad para preparar los alimentos. Incluso, la ansiedad de pensar que el bebé no se está nutriendo puede atormentar. También hay que tomar en cuenta la tensión física, las restricciones sociales, la escuela, la comida en la calle y los viajes.
No se puede negar que la soja posee las proteínas más adecuadas en la alimentación de un bebé. Algunos de estos son el hierro, el fósforo, la tiamina, el magnesio, la riboflavina, el calcio, el zinc y la vitamina B. Aunque otros productos tienen estos componentes, no es en la misma proporción. Por eso, lo más recomendable en esos casos es darle una variedad extensa de frutas, verduras, granos, carnes, pescados, pollo, huevos y de lácteos (si no es alérgico).
Si observas que tu hijo manifiesta unos síntomas preocupantes después de consumir soja, entonces debes acudir a su pediatra para que lo examine. Es seguro que te refieras a un alergólogo con el fin de que haga una revisión más exhaustiva. Lo primero que hará el especialista es preguntar sobre los síntomas que te inquietan y el tiempo que tardan en aparecer.
Si el niño tiene otras intolerancias como al cacahuete o a los lácteos, es bueno que lo indiques en ese momento. Por lo general, la alergia a la soja va acompañada de otros productos. Luego, el alergólogo llenará una historia con los antecedentes de familiares con problemas similares.
Después se le realizará una prueba cutánea para provocar la reacción adversa a la proteína de la soja. Si el resultado no es concluyente, se debe hacer una prueba de sangre donde se pueda ver los niveles de IgE.
Como cualquier otra intolerancia a los alimentos, los bebés tienden a presentar signos de malestar al poco tiempo de consumir la soja. Estos se dan uno por sistema o en los casos más preocupantes mezcla más de uno.
Entre los más comunes se encuentran las reacciones en la piel. Estas incluyen ronchas picosas, sarpullido, eczema, inflamación del rostro (labios, orejas, ojos y lengua) y enrojecimiento. En el sistema digestivo se observa diarrea intensa, vómitos, dolor abdominal, sangre o moco en las heces, comezón, náuseas y retortijones.
Con respecto al sistema respiratorio y cardiovascular se dan los estornudos frecuentes, el goteo nasal, pitos al respirar (dificultad), inflamación de la garganta, presión arterial baja y taquicardia.
Los tres últimos síntomas son los más peligrosos y requieren de atención médica de emergencia. La razón es que si aumenta la intensidad de los mismos, seguro se genera un shock anafiláctico. Aunque es un evento poco frecuente con la soja, no se puede descartar por completo.
Una vez que se tiene el diagnóstico del médico, te aclaran que no hay una medicina que cure la enfermedad. Las probabilidades de que el cuerpo supere esa condición son altas, aunque lo hará por su propia cuenta creando anticuerpos. Mientras tanto, lo que debes hacer es eliminar ese producto de la dieta de tu hijo.
La forma más apropiada es revisando las etiquetas de los alimentos que compras. De esa manera te aseguras que no contengan la soja como protagonista ni en fracciones menores. El detalle con este alimento es que muchas compañías la utilizan en la elaboración de su mercancía. Por lo que debes estar pendiente de verificar que no tenga otro de sus nombres.
También se recomienda que siempre compres un antihistamínico, por si se presenta una alergia leve se pueda mejorar el malestar. Incluso no está de más que la inyección de epinefrina no falte por si la situación se complica.
En varios países las leyes establecen que se debe indicar si los productos contienen algún alérgeno o fue producida en una planta que fabrica otros alimentos que sí lo manejen. Estos avisos son un indicativo de que no debes comprarlo. También sí dice expresiones como: aislados de proteína o frijoles de soja.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>Este es un padecimiento que se produce por la reacción exagerada que tiene el sistema inmune ante la ingesta de este animal. Ese tipo de situaciones son más frecuentes entre los niños de uno o dos años. La razón es que durante ese tiempo llegan a tener su primer contacto con el alimento y su cuerpo lo clasifica con un agente invasor que hay que combatir.
El hecho de que un bebé tenga una reacción adversa a los peces, no quiere decir que se generaliza la condición a todos los productos que provengan del mar. Incluso dentro de la gama de los pescados hay muchas variedades que contienen distintas proteínas que son alérgenas. Así que si, se puede ser sensible a ciertos peces y consumir los otros grupos sin presentar síntomas.
Además, otra creencia falsa es que la enfermedad incluye a todos los animales marinos, como los mariscos, cuando en realidad no lo es. Estas especies tienen una composición biológica muy distinta a los peces. Esto quiere decir que sus proteínas no son las mismas. Por lo general, la sensibilidad hacia ellos se desarrolla en adultos.
Un detalle importante es que en los bebés se presentan algunas alergias que con el tiempo se superan. Sin embargo, con el pescado se puede tener la misma reacción toda la vida.
Si sospechas que tu bebé tuvo un episodio leve de alergia después de consumir este alimento, no dudes en visitar a su médico. El pediatra alergólogo, debe analizar con cuidado el caso, puesto que la próxima vez los síntomas pueden ser más graves.
El especialista solicitará exámenes de sangre para detectar la presencia de inmunoglobulina E que contienen los peces. Además, hará pruebas cutáneas con el objetivo de determinar el tipo de reacción. Si los resultados no son concluyentes, bajo un ambiente controlado en el centro de salud será preciso hacer otros estudios.
Estos se basan en administrar distintos tipos de pescados de forma progresiva. De esta manera, se obtiene una conclusión exacta de lo que sucede. Además, se puede determinar cuál es el grupo de alimentos peligrosos. Así se establece la dieta, con el fin de que sea completa y sana en su totalidad.
En el caso del atún se ha determinado que algunas personas tienen sensibilidad ante una preparación específica. Sin embargo, puede tolerarlo en otras presentaciones sin representar ningún peligro. Por eso, las pruebas de provocación o de exposición son muy adecuadas.
Este es un agente nocivo presente en los peces y otros animales del mar. En ocasiones, hay personas que consumen un pescado o marisco que es habitual en su dieta y tienen una reacción alérgica. ¿Por qué? Eso se debe a la presencia de este parásito en el producto.
Lo que quiere decir que el bebé o el adulto no son alérgicos a los peces o crustáceos. Más bien, es la presencia del anisakis lo que desencadenó el ataque del sistema inmunológico. Para evitar otro episodio, lo más recomendable es no consumir pescado crudo o con poca cocción.
También es preferible que los productos del mar que vaya a cocinar que estos hayan sido congelados a -20 °C durante 7 días. Por otro lado, los pescados del río no suelen tener la presencia del anisakis, por lo que se puede consumir sin ningún problema.
Es común que el niño comience a desarrollar síntomas a las pocas horas o minutos de haber consumido el pescado. Las alergias suelen revelarse en tres grupos principales. Uno de ellos son los problemas cutáneos, lo que incluye: los ojos llorosos e inflamados, urticaria o ronchas en la piel o la cara, hinchazón de orejas, párpados y labios.
También están los síntomas estomacales como: vómitos, dolores, diarreas y náuseas. Los más alarmantes son los problemas respiratorios: pitos o dificultad para respirar, tos, presión en la garganta, tos y rinitis. Las personas asmáticas tienen más probabilidades de tener un episodio grave.
Hay varias maneras de detectar que un niño está a punto de tener una crisis grave. Una de ellas es si observas que hay más de un síntoma presente. Por ejemplo, si comienza a toser, vomitar y le aparecen ronchas; eso quiere decir que hay más de un órgano comprometido.
También debes estar pendiente si el bebé tiene dificultad para respirar, toser de forma repetitiva, garganta se le cierra, se le inflama la lengua, se desvanece, los labios se tornan azules o se pone pálido. En el primer caso, debes acudir al médico de emergencia.
En cambio, en el segundo, si ya tienes un diagnóstico, se espera que tengas a la mano una epinefrina y antihistamínicos. Suministrarlos de inmediato en ese orden porque se trata de una urgencia y llévalo al centro de salud más cercano.
Lo primero que te indicará el médico es que suspendas de la dieta del infante el tipo de pescado en cuestión. Eso incluye los caldos, sopas o arroces que se preparan con alguna de sus sustancias. También debes verificar todas las etiquetas de los productos que compres con el fin de descartar cualquiera de sus derivados.
Por otro lado, debes encargarte que tanto en la escuela como cualquier otro familiar que tenga contacto con el niño, conozca su condición. Así, cuando le vayan a preparar la comida tenga en cuenta los cuidados necesarios.
Además, debes incluir en su maleta una inyección de epinefrina para los casos de urgencia y explicarles cómo se administra. Si vas a un restaurante, informa al personal sobre la enfermedad del bebé para evitar la contaminación cruzada.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>Es un tipo de rechazo orgánico a la inmunoglobulina E (IgE) que se encuentra en este alimento. Aunque la mayoría de las personas creen que la sensibilidad a los cacahuates incluye a los frutos secos, la realidad es que no. Este producto no forma parte de esa familia.
Más bien es una legumbre, tal como las lentejas y los guisantes. Su parecido físico lo confunden de especie. Por eso, el hecho de que se sea sensible a los cacahuates no quiere decir que pasará lo mismo con los frutos secos.
Cuando el cuerpo tiene contacto por inhalación (por el polvo o spray de productos), físico (al tocar el alimento) o ingestión (consumirlo) el sistema inmune lo ataca. La razón es que lo cataloga como un agente tóxico y comienza una pelea contra él. En ocasiones, de la lucha surgen algunos brotes en la piel y en otros puede ser una crisis que ponga en riesgo la vida.
Según las estadísticas, las muertes por shock anafiláctico causado por la alergia a los cacahuates en niños son altas en los países industrializados. Por eso, se prohíbe su consumo en las escuelas y campamentos, desde hace algún tiempo.
Lo primero, es acudir al pediatra alergólogo. Él indaga sobre las reacciones que ha manifestado el bebé y el tiempo que tarda entre el contacto y la aparición de los síntomas. Es muy seguro que te pregunte sobre los antecedentes familiares con la misma condición, puesto que es común que sea hereditaria.
Para tener un diagnóstico certero se le hará una prueba cutánea, donde se dejará caer unas gotas de extracto de cacahuate y de frutos secos con el fin de provocar los síntomas. Si se forman bultos rojizos o granitos en la piel que pican, es porque el bebé es alérgico.
De no tener un resultado concluyente, se hará un análisis de sangre, donde se determinarán los índices de IgE. En esta prueba se mezclará la muestra con sustancias a las que se podría desarrollar sensibilidad y se observará si se forman anticuerpos o no.
A partir de esos resultados, se te dará la orientación necesaria sobre lo que debes hacer a diario, cómo reaccionar ante una emergencia, a quién informar la condición de tu hijo, cómo formar un plan para las crisis y los medicamentos que debes tener a la mano.
Entre los años 1998 y 2000 se establecieron pautas sobre la eliminación del cacahuate en la dieta de los bebés, las mujeres embarazadas y las madres lactantes. El objetivo era evitar que los niños desarrollen alergia a ese alimento. En los siguientes quince años, se evidenció que la intolerancia al producto aumentó 10 veces más.
Otros científicos estudiaron el comportamiento de dos grupos de niños. Uno de ellos, consumió los cacahuates desde los 6 meses de vida y el otro no. El primer grupo no desarrolló alergias al producto. Por eso, se autorizó una investigación controlada durante los años 2006 al 2009 para determinar si la ingesta prematura tenía alguna influencia.
Al finalizar el tiempo estimado, se comprobó que consumir cacahuate a temprana edad disminuye las posibilidades de tener una reacción adversa a él. Por lo que ahora se les recomienda a los padres incluirlos en la dieta desde muy pequeños.
Claro está, los bebés que sí tengan alergia no deberían consumirlo. Además, las probabilidades de superar la enfermedad con el paso del tiempo es muy baja, por lo que tienen que acostumbrarse a ese estilo de vida.
La intolerancia al cacahuate puede generar una respuesta a los pocos minutos de tener contacto con ella. Los síntomas varían dependiendo de las personas y las ocasiones. Algunas de ellas se observan en la piel. Tales como: bultos rojizos, inflamación de la boca, cara y orejas, urticaria, picazón u hormigueo.
También se pueden presentar problemas digestivos. Entre ellos: la diarrea, las náuseas, los vómitos y los cólicos estomacales. Con respecto, a las vías respiratorias se puede notar la dificultad para respirar (pitos), congestión nasal y estrechamiento de la garganta. Dado que los bebés muchas veces no pueden decir lo que sienten, hay que estar pendiente de otros signos de alarma.
Por eso, hay que vigilar si se ponen pálidos, con los labios azules, se desvanecen y casi no respiran. De ser así, es porque tienen un shock anafiláctico. Esto causa inflamación en las vías respiratorias, por lo que se cierra la garganta, se acelera el pulso y baja la presión arterial. Ante esto, se debe acudir a la atención médica de urgencia.
No hay un medicamento que cure la enfermedad. Sin embargo, si eliminas de la dieta del niño el alimento, disminuyen las posibilidades de una crisis. Además, tienes que leer las etiquetas de todos los productos que compres.
Eso se debe a que algunos de ellos son procesados en lugares donde se manipula en cacahuate. También, tienes que estar pendiente de las galletas, golosinas, productos horneados, helados, salsas, y la comida asiática y africana. En ellos se suele utilizar con frecuencia este alimento.
Si ya tienes el diagnóstico, siempre ten a la mano una inyección de epinefrina para detener los síntomas y salvar la vida de tu bebé. Informar a los maestros, cuidadores y cualquiera que tenga contacto con el niño sobre su condición. Así pueden ayudarte a vigilarlo o socorrerlo cuando no estés presente.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>Los crustáceos son un tipo de marisco que incluye las langostas y langostinos, los cangrejos y las gambas. No debe confundirse con otro tipo de mariscos como los moluscos, es decir, las ostras, vieiras, el calamar, las almejas, el pulpo y los mejillones.
Según investigaciones realizadas, el número de niños y bebés que han sido ingresados en los departamentos de emergencia de diversos centros de salud por asfixia relacionada con la alergia a los crustáceos y otros alimentos, ha aumentado considerablemente, de ahí que es importante tomar medidas, ya que las alergias se pueden desarrollar a cualquier edad.
Las reacciones alérgicas en los bebés no son fáciles de prever, de allí la importancia de estar informados y preparados lo mejor posible ¿Por qué tanta cautela en especial con los crustáceos? Esto se debe a que la alergia a este tipo de mariscos es mucho más frecuente de lo que se cree, una de las siete más comunes tanto en la población infantil como adulta.
Cuando existen en el núcleo familiar antecedentes de alergias a los crustáceos, pueden empezar a incluirse desde el momento que se empieza con la dieta complementaria sin ningún problema. Sin embargo, es apropiado observar las siguientes recomendaciones.
Al incluir los crustáceos en el plato del bebé se tendrá el tiempo suficiente para observar las posibles reacciones, por lo tanto, no se le debe dar en la cena ni a horas previas a la siesta, lo más recomendable es hacerlo a la hora del almuerzo.
Los alimentos que va a ingerir el bebé siempre deben estar perfectamente cocidos, en especial todo tipo de mariscos, para evitar eventuales intoxicaciones alimentarias, así como posibles reacciones alérgicas.
Para que sea posible detectar con precisión si el causante de una reacción alérgica es el crustáceo, no debe mezclarse con otro alimento que el bebé no haya consumido hasta el momento. También, es recomendable dejar transcurrir de 4 a 5 días antes de darle a consumir otro alimento nuevo.
Ante el temor de que el bebé pueda desarrollar alergia a los crustáceos, visita a tu médico de confianza o a un especialista en alergias, al realizarle algunos análisis específicos podrán descartar o confirmar la alergia, para que tanto los padres como el resto de la familia tomen las medidas pertinentes en lo relacionado con la alimentación del bebé.
También será muy importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar cuadros alérgicos leves o severos.
Además de evitar los productos cuyo ingredientes principales sean crustáceos, aún cuando existen reglamentos que obligan a las empresas a colocar en sus productos todos los ingredientes que puedan causar alergias, se debe estar atento a todos los ingredientes descritos en las etiquetas, ya que pueden estar presentes en saborizantes de mariscos o en sopas de pescado, entre otros.
Al comer en algún restaurante, los padres con bebés alérgicos a los crustáceos deben asegurarse de que el aceite, las sartenes e incluso los utensilios que se utilicen para preparar el menú solicitado, no se empleen también para preparar mariscos. Para evitar estos riesgos lo mejor es no comer en restaurantes donde sirvan crustáceos.
Algunos bebés pueden llegar a desarrollar una alergia extrema a los crustáceos y pueden llegar a tener cuadros clínicos delicados como resultado de inhalar el vapor de la cocción de los crustáceos o con solo tocarlos, de allí la importancia de mantenerlos completamente alejados de ellos.
Ten siempre a la mano antihistamínico en caso de que el bebé tenga una reacción alérgica leve y una jeringa auto cargada de epinefrina en caso de anafilaxia (reacción alérgica severa y rápida). Los familiares o personal al cuidado eventual o permanente del bebé deben tener el conocimiento necesario y estar preparados en caso de que el bebé presente una reacción alérgica.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>Es la reacción descontrolada que tiene el sistema inmunitario de una persona (en este caso un bebé), ante la proteína del alimento. Este tipo de padecimiento es más común de lo que crees, al punto que se llega a equiparar a las alergias del pescado y lácteos. Los síntomas se manifiestan por la ingesta, inhalación o por el contacto con la piel.
Por lo general, los niños que desarrollan esa enfermedad reaccionan ante las proteínas de la clara. En casos menos frecuentes, se presenta la misma situación con la sustancia que está en yema (albúmina sérica) que también se encuentra en la carne y las plumas. Por eso, si se consume, se aspiran las partículas del plumaje o si la piel tiene contacto con el animal, se desarrollan los síntomas.
Aunque este es un alimento inofensivo, los bebés con alergia al huevo, presentan una reacción exagerada. La razón es que su sistema inmune se descontrola. La causa es porque el cuerpo cataloga esas proteínas como invasores nocivos que debe eliminar.
Hay una gran cantidad de niños con alergia al huevo que superan esta etapa y logran consumirlo sin ningún inconveniente. Sin embargo, en otros casos se tiene que aprender a vivir con ello y los padres deben tomar todas las medidas necesarias para que el niño no se salga de la dieta. Asimismo, quienes lo rodean tienen que conocer su condición.
Al nacer un niño, se recomienda que la madre le dé lactancia materna exclusiva, puesto que su leche le aportará los nutrientes necesarios. Luego de los seis meses, se aconseja introducir poco a poco otros alimentos que formarán parte de la nueva dieta. Desde ese momento hasta los 5 años se puede presentar el primer episodio.
Claro está, que lo más común sea que se manifiesta en los primeros doce meses. Ahora bien, eso no se refiere a que la respuesta inmune se da por casualidad. Al contrario, desde el momento en que se inicia la lactancia materna, el bebé comienza sus primeros contactos con los agentes alérgicos. Luego, cuando lo consume de forma directa, puede reaccionar en la ingesta inicial o después de hacerlo varias veces.
Al principio los síntomas tal vez sean leves o de poca importancia. Sin embargo, en ocasiones posteriores los malestares pueden ser más graves, llegando incluso a padecer de un shock anafiláctico. En ese caso, se debe recurrir al médico de emergencia porque las vías respiratorias están obstruidas y el oxígeno deja de fluir.
Antes se pensaba que lo mejor era retardar el consumo de alimentos como los lácteos, pescados, frutos secos y el huevo, con el fin de evitar las alergias. Sin embargo, los estudios más recientes indican que mientras más pronto se consuma estos productos, se minimizan las reacciones adversas. Por eso, se debe proporcionar en pocas cantidades y vigilar al infante.
La manera más común de detectar la alergia es cuando al niño le salen ronchas en la piel después de la ingesta del alimento. Sin embargo, esa no es su única señal. Los síntomas se pueden clasificar en tres grupos. El primero, indicaciones cutáneas, en estas se encuentran: la urticaria en la cara o en todo el cuerpo, ojos hinchados y llorosos, puntos rojos en la piel e inflamación, dermatitis atópica, ronchas y picor.
El segundo, manifestaciones intestinales. Esto incluye: náuseas, dolor estomacal, diarreas, heces con mucosidad o sangre, vómitos, distensión abdominal y gases. Y el tercero, son los problemas respiratorios. Entre ellos están: resuello sibilante (pitos), síntomas de asma, rinitis, tos, dificultad para respirar y ronquera.
Estas manifestaciones no pueden ser comunicadas de manera oral por el bebé. Es por eso que los padres tienen que estar pendientes del comportamiento y la salud de los niños. Así podrá percatarse cuándo hay un cambio que puede ser alarmante.
Los primeros síntomas suelen desarrollarse en los 60 minutos después de comer. Ahora bien, en algunos casos pueden pasar hasta 24 horas de la ingesta para que el cuerpo desarrolle la reacción adversa. Si el bebé tiene problemas al respirar, hay que acudir con rapidez a un centro de salud para evitar la anafilaxia.
Si tu niño es diagnosticado por un pediatra o alergólogo con sensibilidad al huevo, debes saber que se requieren cambios en el estilo de vida. Es posible que solo se trate de una etapa y con los años pueda consumir ese alimento.
Por el momento, se requiere que revises cada una de las etiquetas de los productos que vas a comprar (sea comida, medicinas, entre otras). Además, debes conocer los distintos nombres con los que aparecen las proteínas. Así evitarás el contacto por equivocación.
Ahora bien, todos los que manipulen alimentos en el hogar o se lo suministren al bebé deben prevenir la contaminación cruzada. Esto quiere decir que los objetos o productos que contengan rastros de huevos, no deben tener contacto con la comida del niño. Pues cualquier trozo puede generar la manifestación de los síntomas.
Por otro lado, si en una oportunidad se produjo un shock anafiláctico es mejor tomar medidas preventivas. Lo más recomendable es que siempre tengas en el hogar y en su mochila epinefrina inyectable para tratar cualquier emergencia. Además, comienza un control con el especialista con el fin de darle seguimiento al caso.
Los alergólogos pueden emplear algunas terapias que con los años ayuden al niño a mejorar su reacción a la ingesta del huevo hasta superarlo. De esa manera, puede incluirlo de nuevo en su dieta. Si esto no ocurre, enséñalo a explicarles a otros su condición.
Otras alergias:
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Alergia a los lácteos en bebés
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Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
]]>Es una enfermedad que se produce en algunas personas que no son capaces de tolerar la ingesta del gluten. Esta es una proteína que reúne distintas sustancias que se obtienen en ciertos cereales (cebada, trigo, entre otros). Esta resistencia produce un trastorno autoinmune.
La sensibilidad al gluten o los celíacos pueden ser diagnosticados a cualquier edad. No obstante, hay personas que la manifiestan a los pocos meses de nacer. Eso sucede, por lo general, cuando se comienza la transición entre el consumo de leche materna y la incorporación de otros alimentos que contengan los cereales en cuestión.
En actualidad, los especialistas en el campo digestivo no han conseguido determinar las razones por las que el cuerpo presenta esta reacción. Tampoco han encontrado un tratamiento que logre curar por completo a los pacientes. Aun así, existen alternativas que ayudan a sobrellevar la situación.
¿Cuándo un bebé tiene una reacción adversa al gluten?Para determinar si la salud de tu hijo se ha visto afectada por la intolerancia o alergia al gluten, un médico tiene que dar un diagnóstico certero. Como un infante no puede decir los males que siente; entonces los padres deben estar pendientes de cualquier cambio anormal que se presente.
Entre estos se encuentran: el aumento repentino de diarreas o estreñimiento (también se puede alternar ambos síntomas), las heces tienen un olor muy fétido y una coloración pálida. El niño tendrá hinchazón y dolor estomacal. En algunos casos, sus extremidades son muy delgadas y su abdomen abultado.
También, puede tener cólicos, pérdida de peso, aunque su apetito siga intacto. Ahora es más irritable o se muestra con poca energía. Incluso presenta anemia y retraso en el crecimiento, por la falta de absorción de los nutrientes que requiere. Es posible que no se den todos los síntomas, por eso la revisión médica frecuente ayuda a dar con el resultado de lo que ocurre.
Una vez que los padres observan que su niño, no tiene el crecimiento esperado o que hay un síntoma alarmante, deben acudir al especialista. Él se encargará de solicitar un examen sanguíneo, donde se busque el índice de anticuerpos al gluten y de otros componentes en el revestimiento de los intestinos.
Si en el análisis se encuentra que los niveles de anticuerpos al gluten son muy altos, es posible que se ordene hacerle una biopsia al niño para obtener resultados más concluyentes. Aunque puede sonar aterrador. El equipo de salud se asegura de que sea lo menos traumático posible.
Para eso, se le da un sedante al infante o se le coloca anestesia general con el propósito de que duerma durante el procedimiento. En la biopsia, se le introduce un tubo, conocido como endoscopio, que lleva una cámara para observar el revestimiento del intestino delgado y tomar una muestra que se analizará.
Todavía la comunidad médica desconoce las causas de esa reacción adversa a los alimentos que contienen esta proteína. Lo cierto, es que el gluten afecta el funcionamiento del sistema inmune al momento de procesar y absorber los nutrientes alimenticios. Por esto, las vellosidades del intestino delgado se destruyen y no pueden ejercer su función.
Ellas tienen que seleccionar las sustancias que el cuerpo requiere para alimentarse y propiciar el crecimiento en los niños. Además, evitan la malnutrición. Sin embargo, cuando estás son sensibles al gluten, no absorben los minerales y las vitaminas, por lo que el desarrollo se detiene.
Si con la biopsia sé diagnóstica que el bebé es alérgico al gluten o es celíaco, sus familiares más cercanos tienen que realizarse los exámenes pertinentes. En este caso: los padres, abuelos, y hermanos deben acudir al médico. Se ha determinado que, en ocasiones, ese problema es hereditario.
Por eso, aunque los demás no presenten síntomas, no quiere decir que no la padezcan. Un diagnóstico temprano o a tiempo, puede evitar un mal rato a futuro. Además, mientras más personas se unan a la dieta del bebé, le será más fácil a quien prepara los alimentos.
También el niño a medida que crezca tendrá menos tentaciones de salir de su régimen alimenticio si otros comen lo mismo. Por otro lado, cuando un bebé se le diagnostica con celiaquía o alergia al gluten, pueden aparecer distintos trastornos. Estos son: la diabetes tipo 1, el síndrome de Williams, entre otros.
Aunque esta enfermedad no tiene cura, los especialistas (médicos y nutricionistas) han buscado una alternativa que ayude a los pacientes. Se basa en un cambio en la dieta, para que no contengan los cereales con esta proteína. Así, el revestimiento intestinal se regenera y los síntomas se alivian.
El equipo de salud, es quien le indicará los alimentos que se pueden o no consumir. Para asegurarse de seguir las sugerencias, ahora debe leer las etiquetas de los componentes de los productos que compres. De esa manera, te cercioraras si tienen trigo, centeno o cebada.
En algunos países es obligatorio que los alimentos indiquen si son libres de gluten. Sin embargo, en otros lugares no. Por eso, revisar cada empaque debe ser parte de la rutina de compra. También se le tiene que informar a todo el que le suministre alimentos al niño sobre su condición.
Por otro lado, si se hacen dos tipos de comida (una, a los alérgicos al gluten y otra a los que no), hay que saber cómo se deben manipular los alimentos y utensilios de cocina para no crear una contaminación cruzada.
Otras alergias:
Alergia a los crustáceos en bebés
Alergia a los cacahuetes en bebés
Alergia a los lácteos en bebés
Alergia a los sulfatos en bebés
Alergia a los frutos con cáscaras en bebés
Alergia a los altamuces en bebés
Alergia a los moluscos en bebés
]]>
Sin embargo, existen situaciones en las que tal vez sea complicado que la madre alimente a su hijo de manera natural, por lo que tendrá que recurrir a otros métodos de lactancia, como la lactancia artificial. Esta puede realizarse de manera exclusiva, es decir, con el biberón, o combinada con la leche materna, mejor conocida como lactancia mixta.
Así que, si te estás planteando optar por este método de alimentación, pero tienes dudas, entonces este artículo es para ti. A continuación te explicaremos en qué consiste, para que puedas tomar la mejor decisión.
La alimentación mixta -también conocida como complementaria- es un tipo de lactancia en el que los bebés ingieren tanto leche materna como un biberón preparado con fórmula u otros alimentos.
El objetivo de combinar la leche materna y fórmula durante las primeras etapas de la vida del bebé es proporcionar nutrientes y calorías en un formato fácilmente digerible, lo que a su vez le ayudará a reducir las posibles deficiencias nutricionales.
Aunque la gran mayoría de las madres prefieren amamantar a sus bebés, lamentablemente existen diversas situaciones que pueden impedir que se emplee este tipo de alimentación, las cuales llevan a los padres a optar por la lactancia mixta.
Algunas de estas circunstancias son:
La combinación de la leche materna y la alimentación a base de biberón tiene diversas ventajas. De hecho, la mayoría de los padres optan por este tipo de lactancia seducidos por sus beneficios. Algunos de estos son:
Sin embargo, a pesar de los beneficios de la lactancia mixta. Su implementación también puede ocasionar algunos riesgos, por lo que es necesario que también los tomes en cuenta antes de tomar una decisión. Algunas de sus consecuencias son las siguientes:
Puede ser complicado que el bebé se adapte a este cambio. Por esta razón, es importante que al empezar a implementarla sigas algunas recomendaciones, las cuales te permitirán poner en marcha la lactancia mixta.
Para que puedas conseguir una lactancia mixta exitosa, es importante tomar en cuenta algunos consejos que te serán de mucha ayuda para llevar a cabo este método de alimentación de manera eficaz.
La alimentación mixta puede ser difícil de incorporar. Sin embargo, con algunos suministros es posible que la experiencia sea lo más positiva posible, tanto para el bebé como para su cuidador. Así que no te frustres si tu bebé no se adapta al cambio, con constancia y paciencia lo conseguirás.
]]>Una de estas situaciones comunes en bebés y niños, es que sufran de estreñimiento. Es decir, una condición en la que evacúa menos de dos veces a la semana, lo que genera dolor y molestia. Y, cuando lo hace, puede ser de heces duras y dolorosas al expulsarlas.
Si tu pequeño presenta esta terrible molestia, no te desesperes, tiene solución. Solo bastará con hacer algunos ajustes en su alimentación y todo mejorará. Por eso, te queremos recomendar alimentos para bebés con estreñimiento, para que los incluyas en su dieta.
Si tu bebé aún está recibiendo lactancia materna, ten cuidado con tu propia alimentación, ya que si consumes poco líquido o algunos alimentos prohibidos para el estreñimiento, es probable que tu hijo presente la terrible molestia de sufrir este mal.
Más bien, opta por alimentos ricos en fibra, puesto que, dependiendo de la edad del bebé, es necesario incluir en la dieta del niño alimentos con fibra para ir al baño, los cuales beneficiarán su salud. Te dejamos algunas sugerencias:
Frutas para el estreñimiento: entre ellas destacan las ciruelas, las peras, la papaya, las naranjas, la piña, el mango, la mandarina y la sandía. Pues, todas estas frutas son ricas en fibra, por lo que favorece al sistema digestivo.
Frutos rojos: entre estos frutos encontramos las fresas, los arándanos, las cerezas, las frambuesas, las grosellas, las moras, uvas y arañones. Estas ricas frutas –conocidas como frutas del bosque-- son excelentes para aliviar el estreñimiento.
Incluye estas frutas en la dieta de tu bebé, ya que, además de tener un alto valor nutritivo, son ideales para el proceso de la digestión, ya que facilitarán el tránsito intestinal, evitando así el estreñimiento.
Sin embargo, si el niño es muy pequeño y aún no come, puedes optar por preparar puré de algunas de estas frutas, por ejemplo, de peras y las papayas, las cuales son fáciles de triturar. De esta manera, tu bebé las consumirá de forma sencilla y le beneficiarán, debido a que son frutas laxantes.
Existe una gran variedad de alimentos laxantes. Por lo tanto, si tu bebé ya ha dejado la leche materna y ha empezado a consumir comida sólida, puedes incluirlos en su menú de la semana. Algunas de estos son:
Es necesario que sepas que hay algunas frutas u otros alimentos que estriñen, por lo que debes evitarlos. Su consumo puede agravar esta molesta condición.
Ten en cuenta que algunos de estos alimentos –dependiendo de cómo se consuman- pueden servir de laxantes o estreñir.
Asimismo, evita que tu bebé consuma periódicamente alimentos con alto contenido calórico, como las frituras, los dulces, las margarinas, los embutidos, las carnes grasas y el chocolate, porque contienen poco valor nutricional, lo que perjudicará la digestión del bebé, causando la terrible molestia del estreñimiento.
En conclusión, asegúrate de que tu bebé beba mucha agua, consuma frutas laxantes y tenga movilidad. En caso de que aún no camine, ejercítalo tú y hazle masajes estimulantes. Los resultados serán positivos, tendrás un bebé feliz y tú estarás tranquilo.
]]>Son muchas las frutas ricas en vitamina C, una de ellas es la mandarina.
Incluir esta rica fruta en la dieta de los pequeños tiene un gran efecto positivo. Por eso, recomendamos analizar los beneficios de la mandarina para los niños, por qué deben consumirla, cuándo y de qué manera hacerlo.
Son muchos los beneficios mandarinas, ya que esta fruta posee vitaminas C, A, B1 y B2. También es rica en minerales, ácido fólico y potasio, variedad de nutrientes que de seguro van a ayudar al sano y muy fuerte crecimiento de los niños.
Ayuda a detener la oxidación que da paso a los radicales libres, previniendo futuras enfermedades cardiovasculares y degenerativas en el niño.
Por su alto contenido de fibra, es de gran ayuda para que los intestinos ejerzan su trabajo de manera constante y de forma correcta. Ayuda también a una buena digestión.
Gracias a su gran contenido de líquido, es ideal para que los riñones funcionen adecuadamente, el niño elimine toxinas y se hidrate.
Previene la anemia
El contenido de vitamina C ayuda a absorber el hierro que se consume de otros alimentos, manteniendo en el niño buenos niveles de hemoglobina.
Permite un flujo de sangre adecuado y otorga más energía a los pequeños.
Sirve como depurativo, evitando que se acumule grasa en el hígado y aumente el colesterol malo.
Gracias a su gran contenido de vitamina C, los anticuerpos del niño se fortalecen y el organismo está en la capacidad de combatir resfriados y enfermedades infecciosas.
Beneficia a la vista
Por su aporte de vitamina A, la vista de los niños se fortalece, evitando algunas enfermedades oculares en años posteriores.
La mandarina puede reducir la hormona del estrés (cortisol), evitando a su vez el deseo de comer desmedidamente.
Esta sabrosa fruta contribuye a sintetizar el colágeno, lo que permite tener una piel y huesos saludables, contribuyendo a su sano crecimiento.
Las mandarinas pueden resultar muy beneficiosas para los niños. Sin embargo, no se recomienda que la consuman antes de los seis meses, puesto que en los primeros meses de vida su principal alimento debería ser la leche, sea materna o no. Incluso, algunos padres prefieren esperar el año antes de darle a sus hijos frutas ácidas
Cuando el pediatra indica que ya el niño puede consumir cítricos, la mandarina es ideal, ya que a diferencia de las naranjas es más dulce y con casi los mismos valores nutritivos.
La mandarina se puede dar a los niños de forma variada. Veamos algunas ideas:
En fin, muchos padres se las ingenian para que sus hijos consuman la mandarina y la disfruten, ya que sus propiedades son muy variadas y beneficiosas para los niños, puesto que poseen un excelente valor nutricional que fortalece su organismo.
]]>Aparte de la importante relación que pueda llegar a existir entre una madre y su pequeño, la leche materna otorga al lactante beneficios duraderos para su salud, e incluso tu salud también puede beneficiarse en gran manera.
Sin embargo, aunque lo que más deseas es amamantar a tu hijo, existen ocasiones en las que es necesario interrumpir la lactancia. Tal vez te enfermaste, tienes que viajar, o por alguna razón se te dificulta darle el pecho.
Cuando se tiene que suspender la lactancia, puede que te preguntes: “¿será posible seguir lactando, aunque haya interrumpido?”. En este artículo te daremos algunas sugerencias que te ayudarán a recuperar la lactancia materna, ya sea que haya pasado poco o largo tiempo.
Es verdad que la lactancia puede durar lo que desee la madre. Sin embargo, existen circunstancias que te pueden impedir por un tiempo determinado no poder lactar a tu bebé. Saber cuáles podrían ser te va a ayudar a sobrellevar la situación.
Si se te han presentado inconvenientes y ha sido necesario interrumpir la lactancia, puede que te surja el dilema y te preguntes: “¿cómo dejar de dar el pecho?, mi bebé aún lo necesita”. ¿Existirá alguna solución para esto?
Tal vez te desanimes y digas: “ya no me sube la leche”. Pero tranquila, aún tienes la oportunidad de retomar la lactancia. Las siguientes recomendaciones han resultado muy eficaces para muchas madres, seguramente a ti también te van a ayudar.
Recuperar la lactancia materna puede depender del tiempo transcurrido en que se presentó la interrupción. Si es poco el tiempo será más fácil, si es más largo, te tomará algo más. Pero sí lo lograrás.
Mientras más pequeño esté tu bebé, será más sencillo recuperar la lactancia.
Debes seguir estimulando tus pechos por medio de masajes. Así que, si tienes que trabajar fuera de casa, puedes optar por un sacaleche para mantener la producción de leche.
Tu bebé es el mejor aliado y cómplice para recuperar la producción de leche, mientras más succione, mayor será la producción de leche.
Estos pezones de goma pueden impedir que el bebé se interese por el pecho.
Trata de estar relajada cuando desees retomar la lactancia materna, ya que los momentos de tensión se los transmites a tu bebé y no te estimulará la producción de leche nuevamente.
Recuerda que, mientras mayor hidratada te encuentres, más fácil será la producción de leche materna. Por lo tanto, procura beber suficiente agua, al menos dos litros diarios.
Mantén la motivación correcta, no te desesperes y confía en que si lograrás recuperar la lactancia materna.
Rodéate de personas que te den el ánimo que necesites y respeten tu decisión de continuar amamantando a tu bebé.
Puede que conozcas a alguien que haya logrado este objetivo, si es así, pídele ayuda o recomendaciones. O pregúntale al pediatra de tu bebé o a un
Evita el consumo del cigarrillo y el alcohol
El exceso de alcohol y tabaco puede impedir la producción de leche. Además, también tiene efectos nocivos tanto en ti como en la salud de tu bebé.
Algunas medicinas afectan el suministro de leche. Sin embargo, el médico te dará las recomendaciones necesarias.
No te exijas tanto
Recuperar la lactancia puede ser un poco difícil, así que, si no logras al 100% tu objetivo, no te desesperes, seguirás siendo una buena madre, y tu bebé lo percibirá.
Recuerda, la lactancia materna es el mejor alimento que recibirá tu bebé. Pero si la preproducción de leche no es lo suficiente todavía para nutrirlo como es debido, entonces debes asegurarte de alimentarlo correctamente.
]]>Muchos consideran que el Omega 3 es muy importante para el desarrollo cognitivo y visual, ya que posee grandes ventajas para los niños, niñas, recién nacidos e incluso durante la etapa del embarazo. Por eso, en este artículo te explicaremos qué es, cuáles son sus beneficios y cuáles son los alimentos ricos en Omega 3.
Los ácidos grasos Omega 3 (también conocidos como grasas poliinsaturadas) son un tipo de grasas sanas muy necesarias para fortalecer las neuronas y mantener sano el corazón.
También, es el encargado de proporcionar las calorías necesarias para darle energía al cuerpo y para el correcto desarrollo de otras funciones cruciales, como el sistema endocrino. Además, el Omega 3 contiene tres ácidos grasos principales que juegan un papel muy importante en el organismo, estos son:
Estos ácidos grasos no son producidos por el cuerpo de manera natural. Por lo tanto, para poder obtener sus numerosos beneficios es necesario consumir aquellos alimentos ricos en Omega-3. Pero ¿cuáles son estos beneficios? A continuación te mencionaremos algunos de ellos:
Los ácidos grasos Omega-3 se encuentran en algunos alimentos de manera natural. Por lo tanto, para obtener la cantidad necesaria de ellos es de vital importancia mantener una dieta variada que los incluya. Pero ¿qué alimentos contienen Omega-3?
Los pescados son uno de los alimentos con más omega-3. Además, también contiene otros nutrientes que aportan grandes beneficios al organismo, por lo que deben consumirse de manera frecuente. Algunos de los pescados con omega-3 son los siguientes:
Otros pescados que también son una excelente fuente de minerales, vitaminas, proteínas y ácidos grasos omega-3 son el atún blanco, la trucha de río, la merluza y el bacalao.
Otro grupo de alimentos que también deben agregarse a la lista alimentos ricos en omega-3, son las frutas y verduras.
Algunas de las frutas que aportan estas grasas sanas son el aguacate, las fresas y las moras. Además, también se deben incluir en la dieta aquellas verduras de hojas verdes, como la lechuga y la espinaca, pues estas son una insuperable fuente de omega-3 para niños.
Pero esto no es todo, existe una diversidad de alimentos que se unen al grupo de alimentos ricos en omega-3 y 6. Los médicos recomiendan incluirlos en la dieta por sus destacados beneficios. Estos son:
Además, los ácidos grasos también pueden agregarse en algunos alimentos fortificados. Algunos de los productos con omega-3 son los aceites, como el de pescado, krill, oliva, alga y bacalao.
Existen algunos estudios que revelan los beneficios del omega-3 en los niños, sobre todo en la etapa inicial, es decir, cuando el organismo aún se está desarrollando, especialmente la parte cognitiva. Algunos de los beneficios del consumo de estas grasas en los niños son los siguientes:
Muchas madres se preguntan si existe la posibilidad de tener un bebé intolerante a la lactosa materna. En este artículo aclararemos todas las dudas referentes a esto, así que te animamos a seguir leyendo.
Antes de empezar a hablar sobre el tema, es necesario saber diferenciar entre la intolerancia a ciertos alimentos de una reacción alérgica, ya que no son lo mismo.
Las alergias suceden cuando el sistema inmune reacciona a ciertas comidas, y esta presenta síntomas que suelen ser más severos, como problemas respiratorios o sarpullidos.
En cambio, la intolerancia tiene más que ver con el sistema digestivo, esta hace doloroso y casi imposible digerir distintos alimentos. En cuanto a sus síntomas, estos son más leves que los de una reacción alérgica.
Debemos dejar claro que los bebés no pueden sufrir de alergia a la leche materna como tal, ya que las proteínas naturales que se encuentran en ella son muy leves y no es posible que la provoquen.
Sin embargo, estas reacciones alérgicas sí pueden presentarse si el bebé es alérgico a algún alimento que la madre haya consumido, pero ¿Cómo es esto posible?
Esto sucede cuando la madre ingiere alimentos, las proteínas se van hacia el intestino y luego se distribuyen en el torrente sanguíneo, por último, estos llegan hasta la leche materna que es la que el bebé consume y es la causante de la reacción alérgica.
La alergia en bebés por alimentos se manifiesta completamente distinto a las de un adulto o niño, esto se debe a que es el intestino el que lucha en contra del alimento al que es intolerante.
A continuación, dejaremos una lista con los síntomas más comunes de una reacción alérgica por leche materna en bebés.
En caso de que tu bebé presente alguno de los síntomas que mencionamos anteriormente, lo más recomendable es acudir a un pediatra. Es muy probable que él te pida dejar por completo el consumo de ciertos alimentos que son muy alérgenos para poder detectar cuál es el causante.
La gran mayoría de los alimentos que causan alergias en los bebés mediante la leche materna son los mismos que provocan reacciones alérgicas en los adultos. En muchos casos puede ser la intolerancia al ajo, huevo, cítricos, nueces, soja o leche de vaca.
Otro alimento que no es tan común pero que en estos últimos años han aumentado las cifras de bebés que no lo toleran es el gluten, así que es recomendable que la madre detecte lo antes posible si es esta la proteína que le está haciendo daño a su bebé porque en algunos casos puede llegar a ser grave.
También, es posible que la causa sea la intolerancia a la cebolla, chocolate o tomate, a pesar de que no son tan comunes como los demás mencionados, sí pueden ser causante de reacciones alérgicas. Recomendamos buscar una tabla de alérgenos para imprimir, será de mucha ayuda.
Por esta razón, muchos médicos pediatras les recomiendan a las madres buscar una tabla de alérgenos para imprimir, de esta manera podrán revisarla con regularidad y consumir aquellos alimentos que no perjudiquen al bebé.
De igual forma, son recomendables ciertos alimentos para bebés libres de alérgenos, tales como las papillas, meriendas, snacks, infusiones. Te recomendamos los productos de Smileat, pues son alimentos nutritivos, ricos y lo mejor de todo, ecológicos.
Como mencionábamos anteriormente, un bebé no puede ser alérgico o intolerante a la lactosa natural de la leche de pecho, pero sí a algunos alimentos, así que en vez de dejar de alimentarlo con leche materna por completo, evita comer los alimentos que pueden causar la intolerancia a ella.
Nunca se debe dejar de darle leche materna a un bebé, ya que depende de ella el crecimiento de él, aportándole todos los nutrientes necesarios para que crezca de manera saludable.
Sin embargo, hay una enfermedad que es muy poco común llamada galactosemia, es cuando el bebé intolerante a la lactosa de cualquier tipo, así que es imposible para ellos ingerirla.
Si este es tu caso y como la leche materna tiene lactosa, deberás dejar de darle por completo cualquier tipo de leche.
]]>Es por esto que hay que darle una especial atención a saber prepararlo con la temperatura biberón correcto y con las medidas precisas. Pensando en esto, si eres una madre primeriza y no tienes idea de cómo hacerlo, has llegado al lugar correcto.
En este artículo te enseñaremos cómo preparar un biberón de una manera sencilla y rápida. Adicionalmente, dejaremos algunos consejos o recomendaciones que te serán de muchísima ayuda en todo el proceso.
Muchas personas se preguntan cómo se prepara un biberón. Este proceso es bastante sencillo, solo debes prestar mucha atención en cada uno de los pasos para que puedas lograrlo de manera exitosa. A continuación, explicaremos cuáles son.
Como la mayoría de las boquillas o chupones del biberón están hechos con látex, este material se vence, así que antes de empezar a preparar biberón recomendamos revisar la fecha de vencimiento, todo por la seguridad del bebé.
Este es un paso esencial, antes de comenzar a manipular el biberón debes desinfectarte muy bien las manos para evitar transmitir bacterias al bebé porque, como mencionamos al principio, su sistema inmune es muy débil y no ha madurado por completo.
Es recomendable esterilizar los biberones si son productos nuevos. Lo puedes hacer dejándolo 5 minutos en agua hirviendo para que todas las bacterias se eliminen con éxito y luego con un paño totalmente limpio lo secas.
Luego de que ya hayas hecho esto la primera vez, puedes lavarlo frecuentemente con agua caliente y jabón. De igual manera, puedes esterilizar los cepillos limpiadores que suelen venir con los biberones.
Pero muy importante aclarar que si el biberón es de plástico, no recomendamos lavarlos con agua caliente, ya que estos contienen químicos y si llegan a calentarse mucho podrían empezar a desprenderse.
Muchas personas tienden a preparar el biberón sin calentar agua, pero esto no es muy recomendable, ya que la temperatura debe ser similar a la de la leche materna, que es aproximadamente unos 32°.
Siempre es recomendable revisar la temperatura del agua poniendo una gota de ella en la palma de nuestra mano, asegurando así que no esté muy caliente para que el bebé la consuma. Si lo está, puedes dejar el biberón un rato bajo el chorro de agua fría para bajar la temperatura.
Si utilizas agua del grifo, es recomendable dejarla calentar por al menos unos 5 minutos para eliminar todas las bacterias, puedes dejarla también más tiempo y dejar que se enfríe un poco para agregarle la leche.
Tampoco es recomendable calentar biberón en microondas porque el agua no se calienta de manera uniforme.
También, calentar el biberón al baño maría es una buena opción, esta es una forma fácil de lograr que llegue a la temperatura que debería tener.
Siempre debes guiarte por las indicaciones que traen los biberones y las que el pediatra ha recomendado. Trata de que las medidas sean exactas, sin más ni menos.
Si colocas más agua de la que deberías, los nutrientes de la leche o fórmula no serían las mismas, y si le agregas más fórmula de la indicada por el pediatra, esto podría llegar a causarle problemas gástricos o digestivos a tu bebé.
Recuerda agitar muy bien el biberón para evitar que queden grumos de leche en él.
Antes de darle el biberón a tu bebé, comprueba que el agujero de la mamila sea del tamaño indicado dependiendo de la edad del niño. Esto es sumamente importante tenerlo en cuenta, ya que si es muy grande y el bebé aún no está en edad de ingerir muchos líquidos, podría atragantarse.
Además, nunca deberías tocar la mamila, sin importar que tus manos estén limpias, ya que esa es la parte que va directamente a la boca del bebé y es mejor evitar enfermarlos con las bacterias que podrían haber quedado en ellas.
]]>Si tu bebé está pasando por este periodo un poco confuso para él y también para ti, te invitamos a seguir leyendo este artículo. Explicaremos por qué suele suceder y dejaremos recomendaciones que ayudarán a que el bebé ingiera ciertos alimentos.
Como mencionamos anteriormente, este proceso es muy confuso para ellos, porque pasan de estar acostumbrados a alimentarse solo de leche materna, a probar nuevos sabores y texturas. Un cambio un poco drástico que hace que lleguen a rechazar estos alimentos.
Además, también puede que exista la posibilidad de que la verdura, fruta o demás alimentos sean muy sólidos para ellos. Mientras más líquido o estilo puré, muchísimo mejor, podrán tragarlo más fácilmente y ya están más familiarizados con la textura.
Las frutas son excelentes alimentos que aportarán vitaminas a tu bebé. Entonces, ¿Cómo introducir la fruta al bebé?
Las primeras frutas bebés son muy importantes y hay muchísimas maneras y formas que puedes implementar para que se vaya acostumbrando a cada una.
Recomendamos darle fruta un bebé de 6 meses en puré, sin azúcares agregados. Mientras más dulce natural tenga, será más sabroso para él o ella y no lo rechazará. Además, de esta forma le aportará muchísimas vitaminas y minerales.
En cuanto a la cantidad de fruta para un bebé de 5 meses, puedes empezar dándole un poco para que se vaya acostumbrando al nuevo sabor y textura, ya que si le das mucho puede llegar a rechazarla.
Pero, tal vez te estás preguntando ¿Qué hago si mi bebé no quiere fruta de ninguna manera? Algo que puedes intentar es ir agregándole poco a poco las primeras frutas bebé en sus comidas. Una de las favoritas de la mayoría es el plátano, así que intenta darle trozos pequeños hasta que le encuentre el gusto.
Las verduras puede que sean un poco más complicadas de introducir, ya que la mayoría de bebés y niños suelen rechazarlas debido a que su sabor es totalmente distinto a cualquier otra cosa que hayan ingerido antes.
¿Por qué decimos que el sabor es totalmente distinto a cualquier otra cosa? Porque las verduras o vegetales suelen ser más amargas o saladas que las frutas, así que es completamente normal que no les guste. Así que una solución sería agregar manzana u otra fruta que le dé un toque dulce, esto ayudará muchísimo.
Las primeras verduras bebé se recomienda que sean en forma de puré, que el pequeño no logre identificar realmente qué es y pueda comérsela sin ningún problema.
Pero si tu bebé de 8 o 11 meses no quiere comer vegetales o verduras y has hecho hasta lo imposible para que lo haga y aun así lo rechaza, es mejor que esperes un tiempo y vuelvas a intentarlo.
Lo mejor será incorporar en sus comidas las verduras que no tienen un sabor muy fuerte y que son un poco dulces.
A continuación, dejaremos una lista con ellas. Recomendamos prepararlas sobre todo como puré, así el bebé no tendrá mucho problema en tragarlo.
Es importante destacar que esta inclusión en la alimentación se recomienda a partir de los seis meses de edad del bebé, así que si te encuentras en este periodo y no sabes cómo hacerlo, hemos preparado unos consejos para el destete y alimentación complementaria que te serán de mucha ayuda.
Hay que tomar en cuenta que los bebés no tienen un organismo tan desarrollado como los adultos, por lo tanto, se debe tener mucho cuidado con su alimentación.
Según la tabla de introducción de alimentos bebé OMS, los niños deben consumir leche materna hasta los 6 meses y a partir de este tiempo se pueden ir incorporando diferentes alimentos para hacerles una dieta un poco más fuerte y que vaya supliendo todas sus necesidades.
Es recomendable tener presente que eso no quiere decir que se dejará de amamantar al bebé, sino todo lo contrario, acompañaremos su alimento principal con otro secundario para ir acostumbrando su estómago y que tenga un mejor desarrollo.
En este punto es oportuno recordar que la lactancia es recomendable hasta un año de edad, pero esta puede prolongarse hasta los dos años sin ningún problema.
El destete es la inclusión a la dieta del niño de otros alimentos, esto se hace porque después de los seis meses de edad del bebé la leche materna no aportará todos los nutrientes que se necesitan para su crecimiento, así que una vez se inicie el destete se irá cambiando de solo frutas y verduras a cereales, sopas y carnes; dejando en último lugar alimentos que puedan causar alergias como el huevo, enlatados o pescado.
Asimismo, siempre es importante respetar horarios y adecuar las porciones según las indicaciones de un nutricionista o del pediatra, ya que ellos saben la manera adecuada de cómo introducir alimentos al bebé.
Los padres por lo general tienden a introducir en el pequeño una cantidad exagerada de alimentos, pero esto lo puede llevar al vómito o a sufrir de sobrepeso; así que las porciones que le tienes que dar a tu bebé deben ser mínimas, teniendo presente que durante esta etapa él es capaz de regular su alimentación, por tanto, deja de pensar que necesita comer un plato repleto de arroz, ya que con una porción como del tamaño de la tapa del biberón es más que suficiente.
Con relación a la proteína, a esta hay que tenerle especial cuidado porque el exceso de la misma causaría serios problemas de sobrepeso en el niño, así que lo mejor es preguntar al médico la cantidad adecuada que se puede dar al bebé. Además, recuerda que el peque no debe consumir carne todos los días porque podría enfermar.
Hay que considerar que en el gusto de los bebés la percepción de la sal no es innata, de igual manera, no es necesaria para cumplir con una nutrición adecuada, ya que todos los alimentos por lo general contienen sodio.
Por lo tanto, no es recomendable el uso de ella durante las primeras etapas, así proteges al bebé de acostumbrarse a ingerir comidas muy saladas que lo hacen propenso a sufrir hipertensión o generar una sobrecarga en los riñones, que aún están en proceso de desarrollo.
Lo mismo pasa con el azúcar, la introducción de la misma en una edad temprana puede acarrear serios problemas, como por ejemplo, diabetes, así que evita en lo posible darle dulces y, en lugar de eso, una manzana o un plátano es suficiente.
]]>El cereal puede ser una cena para el bebé, ya que aporta de 250 a 300 calorías, cantidad que está dentro del consumo diario requerido, sin embargo, esto no debe convertirse en una rutina, es decir, se puede utilizar en ocasiones, pero no todos los días, ya que para un adecuado desarrollo el niño debe consumir todos los alimentos. Además, los cereales contienen mucha azúcar y su ingesta diaria podría acarrear sobrepeso o diabetes.
Hay que tener presente que los cereales son los mismos que consumen los adultos, como por ejemplo, arroz, cebada, trigo, quinoa, avena, entre otros, y que debes comenzar con pequeñas porciones.
Las etapas del bebé deben ser respetadas, teniendo en cuenta que lo ideal para comenzar a incluir nuevos alimentos -como es el caso del cereal- es que este ya cumpla con ciertos requisitos, entre ellos: sentarse solo, que no tenga reflejo de extrusión y que se sienta interesado por otras comidas aparte de la leche materna. Una vez se cumplan con estos requisitos, lo cual ocurre normalmente a partir de los 6 meses, ya se puede incluir en su alimentación otras cosas.
En este sentido, para integrar a la alimentación del bebé algo nuevo, lo más recomendable es hacerlo por la mañana o tarde, pero que no sea al final de esta, ya que así se podrá evaluar el comportamiento del mismo e identificar si existe alguna reacción, ya luego que este se sienta cómodo con los nuevos alimentos, pueden ser consumidos a cualquier hora del día.
Siempre hay que preguntar al pediatra qué es lo más recomendable para el bebé y este te indicará con qué debes comenzar; no obstante, se aconseja darle primero cereales sin gluten y una vez se evalúe el comportamiento del bebé con estos, se pueden ir agregando los cereales con gluten para que se vaya adaptando a todos los alimentos.
El cereal integral es mucho más saludable, por lo tanto, es bueno que comiences a darle este a tu bebé, ya que no ha sido refinado y los aportes nutricionales son más altos.
Sin embargo, con relación al arroz, lo mejor es que este sea blanco porque tiene un alto contenido de arsénico, así que procura hacer un lavado de este antes de prepararlo.
Esta es una de las preguntas más comunes entre los padres y a continuación te indicamos qué puede comer un bebé de unos 8 meses: