Comienza la temporada de las mandarinas, ¿pero todo lo que creemos que son mandarinas, son mandarinas?

Para empezar... ¿Qué es la mandarina? Es un fruto procedente del árbol mandarinero (Citrus reticulata). Presenta forma ovalada, cubierta por una piel gruesa y rugosa de color naranja, sin embargo su pulpa es fibrosa y a la vez muy jugosa.

 

 

¿Con que fruto se le podría confundir entonces? La respuesta es: con la clementina. La clementina es el resultado obtenido en el cruce entre la naranja dulce y la mandarina, a vista previa son muy parecidas, difíciles de diferenciar. ¿Cuáles son sus diferencias principales?

• Las mandarinas pueden obtenerse desde el otoño hasta la llegada de la primavera, sin embargo las clementinas tienen una temporalidad más corta, se suele obtener sólo en el invierno. Además estas suelen ser algo más pequeñas.

• Las mandarinas tienen semillas, sin embargo las clementinas no contienen apenas, llegando incluso a no poseer ninguna.

• Las clementinas presentan un sabor más dulzón.

• Las mandarinas contienen la piel más pegada a la pulpa.

Todas estas características son la prueba de que se trata de frutos diferentes, pero a su vez los hace productos muy similares, tanto, que a veces puedes encontrarlos clasificados como una variedad de las mandarinas, pero cuando veas eso tú ya sabrás que no es así.