A medida que los niños crecen, presentan cambios propios de su desarrollo. Sin embargo, en algunos casos se pueden notar indicios de que algo no está bien. Si de repente observas que su crecimiento se detuvo o que es más irritable que como de costumbre, ¿Será que tiene una alergia al gluten? Si ya recibiste ese diagnóstico o lo sospechas, no te desesperes, en este artículo conocerás lo que debes hacer.
¿Qué es la alergia al gluten?
Es una enfermedad que se produce en algunas personas que no son capaces de tolerar la ingesta del gluten. Esta es una proteína que reúne distintas sustancias que se obtienen en ciertos cereales (cebada, trigo, entre otros). Esta resistencia produce un trastorno autoinmune.
La sensibilidad al gluten o los celíacos pueden ser diagnosticados a cualquier edad. No obstante, hay personas que la manifiestan a los pocos meses de nacer. Eso sucede, por lo general, cuando se comienza la transición entre el consumo de leche materna y la incorporación de otros alimentos que contengan los cereales en cuestión.
En actualidad, los especialistas en el campo digestivo no han conseguido determinar las razones por las que el cuerpo presenta esta reacción. Tampoco han encontrado un tratamiento que logre curar por completo a los pacientes. Aun así, existen alternativas que ayudan a sobrellevar la situación.
¿Cuándo un bebé tiene una reacción adversa al gluten?Para determinar si la salud de tu hijo se ha visto afectada por la intolerancia o alergia al gluten, un médico tiene que dar un diagnóstico certero. Como un infante no puede decir los males que siente; entonces los padres deben estar pendientes de cualquier cambio anormal que se presente.
Entre estos se encuentran: el aumento repentino de diarreas o estreñimiento (también se puede alternar ambos síntomas), las heces tienen un olor muy fétido y una coloración pálida. El niño tendrá hinchazón y dolor estomacal. En algunos casos, sus extremidades son muy delgadas y su abdomen abultado.
También, puede tener cólicos, pérdida de peso, aunque su apetito siga intacto. Ahora es más irritable o se muestra con poca energía. Incluso presenta anemia y retraso en el crecimiento, por la falta de absorción de los nutrientes que requiere. Es posible que no se den todos los síntomas, por eso la revisión médica frecuente ayuda a dar con el resultado de lo que ocurre.
¿Cómo se determina la sensibilidad al gluten en los bebés?
Una vez que los padres observan que su niño, no tiene el crecimiento esperado o que hay un síntoma alarmante, deben acudir al especialista. Él se encargará de solicitar un examen sanguíneo, donde se busque el índice de anticuerpos al gluten y de otros componentes en el revestimiento de los intestinos.
Si en el análisis se encuentra que los niveles de anticuerpos al gluten son muy altos, es posible que se ordene hacerle una biopsia al niño para obtener resultados más concluyentes. Aunque puede sonar aterrador. El equipo de salud se asegura de que sea lo menos traumático posible.
Para eso, se le da un sedante al infante o se le coloca anestesia general con el propósito de que duerma durante el procedimiento. En la biopsia, se le introduce un tubo, conocido como endoscopio, que lleva una cámara para observar el revestimiento del intestino delgado y tomar una muestra que se analizará.
¿Por qué se produce la alergia al gluten?
Todavía la comunidad médica desconoce las causas de esa reacción adversa a los alimentos que contienen esta proteína. Lo cierto, es que el gluten afecta el funcionamiento del sistema inmune al momento de procesar y absorber los nutrientes alimenticios. Por esto, las vellosidades del intestino delgado se destruyen y no pueden ejercer su función.
Ellas tienen que seleccionar las sustancias que el cuerpo requiere para alimentarse y propiciar el crecimiento en los niños. Además, evitan la malnutrición. Sin embargo, cuando estás son sensibles al gluten, no absorben los minerales y las vitaminas, por lo que el desarrollo se detiene.
Si con la biopsia sé diagnóstica que el bebé es alérgico al gluten o es celíaco, sus familiares más cercanos tienen que realizarse los exámenes pertinentes. En este caso: los padres, abuelos, y hermanos deben acudir al médico. Se ha determinado que, en ocasiones, ese problema es hereditario.
Por eso, aunque los demás no presenten síntomas, no quiere decir que no la padezcan. Un diagnóstico temprano o a tiempo, puede evitar un mal rato a futuro. Además, mientras más personas se unan a la dieta del bebé, le será más fácil a quien prepara los alimentos.
También el niño a medida que crezca tendrá menos tentaciones de salir de su régimen alimenticio si otros comen lo mismo. Por otro lado, cuando un bebé se le diagnostica con celiaquía o alergia al gluten, pueden aparecer distintos trastornos. Estos son: la diabetes tipo 1, el síndrome de Williams, entre otros.
¿Cómo controlar la alergia al gluten en bebés?
Aunque esta enfermedad no tiene cura, los especialistas (médicos y nutricionistas) han buscado una alternativa que ayude a los pacientes. Se basa en un cambio en la dieta, para que no contengan los cereales con esta proteína. Así, el revestimiento intestinal se regenera y los síntomas se alivian.
El equipo de salud, es quien le indicará los alimentos que se pueden o no consumir. Para asegurarse de seguir las sugerencias, ahora debe leer las etiquetas de los componentes de los productos que compres. De esa manera, te cercioraras si tienen trigo, centeno o cebada.
En algunos países es obligatorio que los alimentos indiquen si son libres de gluten. Sin embargo, en otros lugares no. Por eso, revisar cada empaque debe ser parte de la rutina de compra. También se le tiene que informar a todo el que le suministre alimentos al niño sobre su condición.
Por otro lado, si se hacen dos tipos de comida (una, a los alérgicos al gluten y otra a los que no), hay que saber cómo se deben manipular los alimentos y utensilios de cocina para no crear una contaminación cruzada.
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