Alergia al huevo en bebés

Alergia al huevo en bebés

Los padres de forma natural quieren cuidar a sus hijos de los cambios propios del crecimiento y sus retos. Pero cuando se comienza la incorporación de nuevos alimentos en el infante, se desencadenan ciertas sensibilidades. Por eso, algunos se preguntan: ¿Puede presentar mi bebé alergia al huevo? En tal caso, ¿Qué debo hacer? Veamos las respuestas.  

¿Qué es la alergia al huevo?

Es la reacción descontrolada que tiene el sistema inmunitario de una persona (en este caso un bebé), ante la proteína del alimento. Este tipo de padecimiento es más común de lo que crees, al punto que se llega a equiparar a las alergias del pescado y lácteos. Los síntomas se manifiestan por la ingesta, inhalación o por el contacto con la piel. 

Por lo general, los niños que desarrollan esa enfermedad reaccionan ante las proteínas de la clara. En casos menos frecuentes, se presenta la misma situación con la sustancia que está en yema (albúmina sérica) que también se encuentra en la carne y las plumas. Por eso, si se consume, se aspiran las partículas del plumaje o si la piel tiene contacto con el animal, se desarrollan los síntomas. 

Aunque este es un alimento inofensivo, los bebés con alergia al huevo, presentan una reacción exagerada. La razón es que su sistema inmune se descontrola. La causa es porque el cuerpo cataloga esas proteínas como invasores nocivos que debe eliminar. 

Hay una gran cantidad de niños con alergia al huevo que superan esta etapa y logran consumirlo sin ningún inconveniente. Sin embargo, en otros casos se tiene que aprender a vivir con ello y los padres deben tomar todas las medidas necesarias para que el niño no se salga de la dieta. Asimismo, quienes lo rodean tienen que conocer su condición.  

¿Cuándo comienza la alergia al huevo en bebés?

Al nacer un niño, se recomienda que la madre le dé lactancia materna exclusiva, puesto que su leche le aportará los nutrientes necesarios. Luego de los seis meses, se aconseja introducir poco a poco otros alimentos que formarán parte de la nueva dieta. Desde ese momento hasta los 5 años se puede presentar el primer episodio.

Claro está, que lo más común sea que se manifiesta en los primeros doce meses. Ahora bien, eso no se refiere a que la respuesta inmune se da por casualidad. Al contrario, desde el momento en que se inicia la lactancia materna, el bebé comienza sus primeros contactos con los agentes alérgicos. Luego, cuando lo consume de forma directa, puede reaccionar en la ingesta inicial o después de hacerlo varias veces. 

Al principio los síntomas tal vez sean leves o de poca importancia. Sin embargo, en ocasiones posteriores los malestares pueden ser más graves, llegando incluso a padecer de un shock anafiláctico. En ese caso, se debe recurrir al médico de emergencia porque las vías respiratorias están obstruidas y el oxígeno deja de fluir.  

Antes se pensaba que lo mejor era retardar el consumo de alimentos como los lácteos, pescados, frutos secos y el huevo, con el fin de evitar las alergias. Sin embargo, los estudios más recientes indican que mientras más pronto se consuma estos productos, se minimizan las reacciones adversas. Por eso, se debe proporcionar en pocas cantidades y vigilar al infante. 

¿Cómo se manifiesta la sensibilidad al huevo en bebés?

La manera más común de detectar la alergia es cuando al niño le salen ronchas en la piel después de la ingesta del alimento. Sin embargo, esa no es su única señal. Los síntomas se pueden clasificar en tres grupos. El primero, indicaciones cutáneas, en estas se encuentran: la urticaria en la cara o en todo el cuerpo, ojos hinchados y llorosos, puntos rojos en la piel e inflamación, dermatitis atópica, ronchas y picor. 

El segundo, manifestaciones intestinales. Esto incluye: náuseas, dolor estomacal, diarreas, heces con mucosidad o sangre, vómitos, distensión abdominal y gases. Y el tercero, son los problemas respiratorios. Entre ellos están: resuello sibilante (pitos), síntomas de asma, rinitis, tos, dificultad para respirar y ronquera. 

Estas manifestaciones no pueden ser comunicadas de manera oral por el bebé. Es por eso que los padres tienen que estar pendientes del comportamiento y la salud de los niños. Así podrá percatarse cuándo hay un cambio que puede ser alarmante. 

Los primeros síntomas suelen desarrollarse en los 60 minutos después de comer. Ahora bien, en algunos casos pueden pasar hasta 24 horas de la ingesta para que el cuerpo desarrolle la reacción adversa. Si el bebé tiene problemas al respirar, hay que acudir con rapidez a un centro de salud para evitar la anafilaxia.

¿Cómo manejar la alergia al huevo en infantes?

Si tu niño es diagnosticado por un pediatra o alergólogo con sensibilidad al huevo, debes saber que se requieren cambios en el estilo de vida. Es posible que solo se trate de una etapa y con los años pueda consumir ese alimento. 

Por el momento, se requiere que revises cada una de las etiquetas de los productos que vas a comprar (sea comida, medicinas, entre otras). Además, debes conocer los distintos nombres con los que aparecen las proteínas. Así evitarás el contacto por equivocación.

Ahora bien, todos los que manipulen alimentos en el hogar o se lo suministren al bebé deben prevenir la contaminación cruzada. Esto quiere decir que los objetos o productos que contengan rastros de huevos, no deben tener contacto con la comida del niño. Pues cualquier trozo puede generar la manifestación de los síntomas. 

Por otro lado, si en una oportunidad se produjo un shock anafiláctico es mejor tomar medidas preventivas. Lo más recomendable es que siempre tengas en el hogar y en su mochila epinefrina inyectable para tratar cualquier emergencia. Además, comienza un control con el especialista con el fin de darle seguimiento al caso. 

Los alergólogos pueden emplear algunas terapias que con los años ayuden al niño a mejorar su reacción a la ingesta del huevo hasta superarlo. De esa manera, puede incluirlo de nuevo en su dieta. Si esto no ocurre, enséñalo a explicarles a otros su condición.

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